Si la personalidad humana no adquiere toda su fuerza, toda su potencia, entre las cuales lo lúdico y lo erótico son pulsiones fundamentales, ninguna revolución va a cumplir su camino. (J.C)

martes, 9 de noviembre de 2010

Bolivia sin Eme


Ese día
conté tanto ovejo -salta que salta-
que al cabo,
el ruido de las patitas contra el alambrado
fue otra de las hebras del insomnio.

La maleta era un bulto mudo,
un infortunio.

Bolivia sin eme
-como el ventanal-
era el tercio
de ocho golpes de cuerda
sin estruendo.

La incomprensión de la frontera
y las salinas.

Ese día,
hubiera hecho perrera
del dinero que corre
para borrar lo estropeado;

y quedarme en la tricota
de la cholita alegre,
de su rojo feria
y su fatiga.

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